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Las cubiertas verdes o ajardinadas suponen un sistema alternativo a otros acabados tradicionales para las cubiertas planas como son la grava o las baldosas, aportando una mejora estética y ayudando a la eficiencia energética del edificio.
Este tipo de cubiertas verdes se suele utilizar en la mayoría de los casos para cubiertas planas, por su facilidad de colocación, pero existen también casos donde se aplican a cubiertas inclinadas.
Gran parte de las transmisiones térmicas (pérdidas y ganancias) de energía que se produce en los edificios lo hace por la cubierta. En verano es la superficie más expuesta a la radiación solar con un consecuente sobrecalentamiento y en invierno es la superficie donde generalmente se pierde más energía (de ahí el hecho de que en las cubiertas se ponga más aislante que en las propias fachadas).
La vegetación más común suelen ser los musgos, el sedum, gramineas y herbáceas , con espesores de tierra de entre unos 10 y 20 cm.
El uso en los edificios con cubiertas vegetales no es nada nuevo. En climas extremos (tanto fríos como calurosos) ya se utilizaban este tipo de sistemas hace siglos.
Esta capa de tierra generaba una estabilidad térmica interior utilizando un recurso de proximidad y bajo coste, la propia tierra del lugar. Este sistema, como se ve en la imagen de referencia, también era utilizado en cubiertas inclinadas.
A pesar de ser bastante utilizado en climas fríos, el funcionamiento óptimo de las cubiertas vegetales realmente se daría en climas cálidos con un bajo grado de humedad y de lluvias.
El clima, la pluviometría y el uso que se le va a dar son los tres factores que hay que tener en cuenta a la hora de diseñar una cubierta verde.
Para cubiertas verdes no transitables, generalmente se utilizan planta de crecimiento lento y que desarrollan poco volumen (tipo crasas), con baja necesidad de mantenimiento.
En climas cálidos y secos se debe de poner un sistema de riego oculto en la capa de tierra para evitar la muerte de las plantas en picos de calor y temporadas secas.
Las capas más habituales en la configuración de este tipo de cubiertas son:
1 Sustrato de tierra
2 Membrana antiraices, para frenar las raíces y que estas no lleguen a la lámina impermeable.
3 Membrana drenante, para drenar el agua, evitar el encharcamiento y llevarla a los sumideros.
4 Fieltro geotextil, como capa de separación con el aislante.
5 Aislante, generalmente de placas rígidas de XPS machihembradas.
6 Fieltro geotextil, como capa de protección extra de la lámina impermeable.
7 Doble lamina impermeable, generalmente de tipo EPDM colocada sobre el forjado.
En las ciudades, donde generalmente existe un mayor concentración de cubiertas planas, estas superficies aparecen infrautilizadas y el mejor de los casos destinadas simplemente a albergar algún aparato de instalaciones.
Estos podrían ser espacios de uso y disfrute de la comunidad de propietarios, pudiéndose convertir en jardines privados o incluso huertos urbanos en altura como ya se empieza a hacer en muchas grandes urbes.
Considerar estas superficies y convertirlas en espacios verdes supondría, en la mayoría de los casos de las ciudades españolas, un aumento considerable de la red de espacios verdes, a pesar de que estos serían generalmente de carácter privado.
Esperamos que os gustara el artículo. ¡Nos vemos en el siguiente!
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